miércoles, 16 de mayo de 2012

El tráfico de especies representa una amenaza global

Pieles de tigre destinadas al comercio ilegal.

Este comercio que afecta por igual a especies de animales y plantas es legal en determinadas circunstancias, pero en muchos casos se realiza de forma incontrolada e insostenible, produciendo notables daños a las especies sujetas al comercio y graves problemas ambientales como la introducción de especies invasoras. 

Los animales vivos son capturados normalmente para venderlos como mascotas o exhibirlos en exposiciones. Es más frecuente, sin embargo, el tráfico de pieles, huesos, colmillos o determinados órganos, ya sea para vestimenta, decoración, medicina tradicional o incluso alimentación.

Este comercio insostenible e ilegal en la mayor parte de la ocasiones tiene un notable impacto en las poblaciones de las diferentes especies. Un buen ejemplo es el tráfico de marfil (ilegal desde 1989) que ha provocado que las poblaciones de elefantes hayan pasado de 2 millones de ejemplares en los años 70, a medio millón de individuos en la actualidad.

El mayor problema es que este comercio tiene un componente económico muy importante que lo hace difícil de eliminar. Así, según datos de TRAFFIC, a principios de los años noventa el valor de los productos naturales con los que se comerció en todo el mundo alcanzó los 160 mil millones de dólares.

Cráneos de grandes simios para el comercio ilegal.

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